“Es una réplica
de las que existen en la famosa isla chilena de los conocidos moáis, la
construyó el escultor guayaquileño Emilio Soro en 1970, es algo bellísimo,
lamentablemente ahora luce un poco abandonada porque su creador falleció, los
que pasan por aquí se quedan impresionados al verla”, comentó Carlos Guzmán,
habitante del sitio.
La escultura
es la única que existe en la zona peninsular, además en las afueras de la
vivienda del artista también se puede observar otras reliquias como una silla
mantense y jarrones hechos en barro, “mi padre era un admirador de la cultura polinesia
y cuando levantó la casa frente a la playa decidió allí colocar una de aquellas
figuras”, explicó Emilio Soro Romero, hijo del artista.
La imagen se
ubica en la cima de un cerro de donde se puede observar todo el horizonte que
rodea al balneario, el monumento está próximo a cumplir medio siglo de su
edificación, los admiradores de este arte consideran que la ubicación donde se
encuentra es la más estratégica.
Soro Romero,
quien ahora está a cargo del taller esculturas & decoración en la ciudad de
Guayaquil explicó que el arte lo heredaron de su abuelo Emilio Soro Lenti, un
emigrante italiano que llegó al país en 1885 y cuyos trabajos resaltan a la
urbe porteña.
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