La población
de José Luis Tamayo, también conocida como Muey, perteneciente al cantón
Salinas cumplió el pasado 21 de diciembre 83 años de parroquialización, pero
para el jurisconsulto, Antonio de la Cruz, autor del libro historia de Muey,
este lugar tiene más de 250 años de creación.
Luego de una
década de recopilación de datos, De la Cruz hizo la presentación de su obra en
la que destaca las tradiciones y costumbre de su localidad, en las páginas del
texto se resalta desde el origen del nombre “Muey” hasta el acervo cultural que
tienen sus habitantes.
Muey, fue un
pueblo pequeño ubicado a un costado de la vía a Salinas que estaba rodeado de
gran vegetación, en el lugar existieron enormes albarradas que en época de
invierno se copaban de agua y que servían para abastecer de líquido vital a las
familias de las comunidades de Santa Elena, La Libertad y Salinas.
“Desde aquí
salía el agua en barriles que eran llevados en asno a los poblados aledaños,
por lo que uno de los primeros gremios que se formó a inicio del siglo pasado
fue el de la asociación de aguadores peninsulares, todos oriundos de este sitio”,
narró el jurisconsulto.
En los
alrededores de las albarradas apareció una flor olorosa de colores blanco con
lila con un botón en el centro que los nativos la conocían como Muey y fue la que
dio origen al nombre del caserío de ese entonces, con el pasar del tiempo la
flor desapareció y lamentablemente desde hace varias décadas ya no se la
encuentra.
“La hemos buscado por todos lados y sin poder
hallarla, muchos ya no pudimos conocerla”, lamentó De la Cruz. Para el autor
del texto la flor de Muey tenía relación con la abundancia del líquido que
servía a los pobladores en la agricultura y consumo humano, es que al tener
grandes reservorios era el único sitio en la península en donde se conseguía
agua dulce en cualquier época del año.
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