Debido a la corrupción que campea en
nuestro paÃs, hoy por hoy, la sociedad de las redes sociales, entendible pero
no legalmente, ya no busca justicia, busca venganza.
En este momento, los operadores de justicia
deben apartarse de lo que la sociedad quiere.
Nos encontramos aquà ante un ejemplo
claro que la administración de justicia no debe ir de la mano siempre con lo
que sociedad pretende. Sin embargo, la Fiscal General, quien
debe ser un ejemplo nacional de lo que nuestro sistema jurÃdico establece (garantista
y pro-derechos), hoy está al servicio de la sociedad, del gobierno de turno y
también busca venganza, no justicia.
Lo peor de todo, es que se ha
evidenciado que sus investigaciones van dirigidas a los grupos de poder
contrarios al gobierno. Verbigracia hasta hoy no avanzan las
investigaciones del caso Ina Peppers en los que se involucra al Presidente de
la República y sus familiares Ãntimos.
Mas aun que, en bullados casos, se han
apresado y procesado a mandos medios. Ejemplo, hasta hoy el ex Director General
del IESS no ha sido tocado o peor un AsambleÃsta que vota siempre a favor del
gobierno en la Asamblea.
La Fiscal General pretende,
inconstitucionalmente, que se mande a la cárcel a una persona de la tercera
edad (Bucaram) o sea encarcelado un Prefecto que muy probablemente ha
presentado los arraigos pertinentes.
Hace dÃas atrás, la Fiscal General
señaló a una destacada y proba Jueza Penal de Portoviejo y la acusó que una
instrucción relacionada a un caso de corrupción de un Hospital de Pedernales no
avanza por orden de ella. Pura bulla puesto que los plazos de todos los
procesos penales estaban suspendidos hasta hoy.
¿Culpa de la Jueza? No. No hay
culpables pues, por seguridad jurÃdica, se recordó a FiscalÃa que no se puede
avanzar mientras la Corte Nacional de Justicia, no habilite los plazos.
A veces llego a creer que la Fiscal
General está en carrera para captar una Vicepresidencia de un candidato que hoy
cogobierna, en lugar de investigar y dirigir mejor las investigaciones
judiciales.
¡Gracias a Dios tenemos Jueces que
detienen esas arbitrariedades!
Un abrazo.
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