La maleza sobrepasa las tumbas, basura por doquier, cruces
caídas y otras a punto de desplomarse, enormes grietas por donde pasó el agua
en la etapa invernal, así luce el campo santo de la parroquia Ancón, ciudad
patrimonial en la provincia de Santa Elena.
Alfredo González, acudió al lugar a visitar el nicho de uno
de sus allegados, al ciudadano le tocó buscar entre los matorrales aquella
bóveda, con un machete se tuvo que abrir paso entre la vegetación y después de
un buen tiempo logró encontrar el sepulcro que estaba cubierto por el monte.
“El cementerio es uno de los tantos lugares que aquí está en
el completo abandono”, dijo González, morador del barrio 9 de Octubre, que de
inmediato optó por limpiar el pequeño espacio donde reposa su tía.
La Administración del cementerio fue entregada mediante una
ordenanza municipal a la Junta Cívica de Ancón en el año 2001, en ese entonces
era el ente más representativo del lugar, anteriormente fue Anglo y la
Corporación Estatal Petrolera Ecuatoriana CEPE que estuvieron a su cargo el
campo santo.
Cuando Ancón dejó de ser campamento minero y se convirtió en
una población corriente, todos sus bienes entre ellos el cementerio pasaron a
pertenecer al municipio de Santa Elena, el lugareño Rubén Pezo recuerda que el
acudir a la actual capital provincial de la península para solicitar un espacio
y poder sepultar a una persona se constituía en un problema.
“Ese fue el motivo por el que se pidió a la alcaldía para
que le entregue la administración a la Junta Cívica, porque era la institución
jerárquica más representativa de la comunidad, aún no se conseguía la
parroquialización”, señaló Pezo.
En el año 2003 Ancón se convirtió en parroquia rural del
cantón Santa Elena, pero el camposanto siguió siendo administrado por la Junta
Cívica y no por el nuevo gobierno parroquial como debió serlo.
Según, Luis Rendón, vocal del gobierno parroquial, en
reiteradas ocasiones mediante oficios han solicitado al municipio derogue la
ordenanza y que se les entregue la administración del cementerio, sin embargo,
aún no se puede concretar el pedido.
“Los miembros de la Junta Cívica de manera pública han manifestado
que ellos no tienen recursos para administrar el cementerio, no sabemos si
cobrarán por los espacios o no, pero ellos deslindan responsabilidades,
entonces está en manos del municipio resolver el inconveniente”, declaró
Rendón.
Martha Pilco, presidenta del gobierno parroquial, reconoce
que el cementerio se encuentra en
condiciones deplorables e indica que no se ha podido intervenir por la
falta de recursos y además porque legalmente no pueden debido a que la
institución que ella representa no tiene la competencia.
“Es verdad la gente nos reprocha por el descuido del
cementerio, pero no está en nuestras manos la solución”, explicó Pilco.
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